Todos somos un disfraz que nos desdice. Nos desdice porque al ocultar revela, porque disfrazarse desde la piel es más bien un desnudarse. La evidencia de lo íntimo manifestada en la investidura: somos nuestros ropajes, nuestras máscaras. Somos ese Otro que a partir de nosotros mismos construimos.
Todos somos nahuales, dice Salvador Mitre. No, me corrijo, no Salvador Mitre sino su nahual. Lo dice un escarabajo acrílico que afirma ser Salvador Mitre. Kafkiano, si. Aquí los insectos son conversaciones fragmentadas. Crepusculares. Aquí subyace esa tristeza festiva de las despedidas. Lo que se está marchando, ese murmullo.
Aquí la danza de lo efímero es también una vasija cotidiana, el rumor helicoidal de un caracol rojizo. Cuerdas tensadas donde rasgar la ausencia. Rendijas. Pequeñas muescas. Goznes de postigos siempre abiertos. Aquí el vidrio es mixtura. “Hazme un regalo esta noche”, dicen las esquirlas que sucumben a la ignición. Y el metal que se decanta al ser soporte, sutileza de filos, empuñadura de la memoria. Y las palabras que se adhieren al amate. La música que a las fieras. Y los ojos del colibrí que me perturban. Que me interrogan. Que no me dejan marcharme sin su escrutinio. Si soy también nahual soy este colibrí. Este instante en que ambos nos reconocemos. La pertenencia.
Aquí oruga, jabalí, águila, pez. Aquí el cuerpo como ofrenda. La multiplicación de los panes. Aquí la sensación de alimentarse del viento. Seres maleables, como si llevados por el soplo animal de la materia que nos anima. Llevados, sí. Impulsados como un móvil. Figurillas de cerámica que si frágiles indelebles al tacto.
Algo se ríe de nosotros en el espejo antropomorfo de Mitre. Una pequeña risa se escucha al fondo del diálogo circular que uno entabla con la finitud. Aquí todo es breve, todo parece estar a punto de desaparecer. Porque la magia es eso, un intervalo entre lo real y lo imposible. Porque la magia es, en todo caso para Mitre, un instrumento de precisión para medir la velocidad del viento sobre las alas de las mariposas.
[“Nahual”, selección de 24 piezas de Salvador Mitre, se expone en la Casa de la Cultura de Tampico hasta el 31 de agosto. La entrada es libre].
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